El lunes 27 de febrero hemos celebrados en el grupo-clase de 1º-2º de Gata nuestra FIESTA
DEL ÁRBOL particular, como si fuese una continuación de la que se celebró en Villanueva de la
Sierra el día antes, la que es la celebración ecológica, que se tengan datos, más antigua del
mundo. Esta actividad se encuadra en nuestro proyecto ambiental “debajo del cemento está el
alimento”:
https://youtu.be/XYTslRTDww0
Hacemos un pequeño recorrido por la historia:
En 1805 una tormenta quemó toda una arboleda en el pueblo cacereño de Villanueva de la
Sierra y de aquellas cenizas surgió una idea que más de 200 años después se sigue celebrando,
La Fiesta del Árbol. Carlos IV reinaba sobre un país de 11 millones de habitantes y un 90% de
analfabetismo. Eran años de sequía, desnutrición y fiebre amarilla. En España, bajo la
influencia napoleónica, se organizaron grandes talas de bosques para abastecer a la flota
española en la Guerra de la Independencia (Francia y España habían declarado la guerra a
Portugal y dentro del país se estaban produciendo enfrentamientos entre los partidarios de los
franceses y los que no).
En esos años los curas eran los encargados de transmitir a la población rural los avances
agrícolas, ganaderos y forestales, por eso la idea de la celebración se le ocurrió al sacerdote
Ramón Vacas Roxó en 1805. De inspiración afrancesada, este clérigo, en el invierno de 1805
transmitió la necesidad de plantar árboles para reparar la pérdida de otros. “Vistamos de
nuevos álamos nuestros valles, fuentes y paseos, para que nuestros nietos reposen a su sombra
y nos bendigan, y miremos en adelante con ceño y con horror la pérfida mano que intentase
aplicar la sierra a sus troncos”.
Y así, el 26 de febrero de 1805, quedó constituida la fiesta con la plantación, entre otros
muchos, del que llamaron Árbol de la Libertad. Desde entonces, año tras año, apenas
interrumpida esta práctica por un par de guerras, los parajes de este pueblo ubicado en la
Sierra de Gata , una comarca que en los últimos tiempos ha sufrido incendios devastadores, se
han ido repoblando con castaños, plátanos, loros, sauces…
La localidad ostenta el registro más antiguo que se conoce de una fiesta del árbol.
Nosotros no hemos salido del cole, este curso, para esta celebración, sino que la hemos hecho
cerquita de nuestros árboles, los que tenemos en el patio, “buscándose el alimento debajo del
cemento” y que nos acompañan todos los días. Por eso les hemos dado las gracias, como si
realmente pudiésemos hablar con ellos:
– Gracias por el oxígeno
– Gracias por la madera que nos calienta
– Gracias por tu sombra
– Gracias por dejarnos jugar en tus ramas
– Gracias por los alimentos
– Gracias por tus frutos
– Gracias por tus hojas
– Gracias por tu verdor
– Gracias por tu compañía
Además, hemos colocado una plaquita de pizarra al lado de cada uno de ellos, para saber sus
nombres científicos y una madera con su nombre común.
– Platanus hispánica, PLÁTANO DE SOMBRA
– Prunus dulcis, ALMENDRO
– Prunus cerasifera pissardii, CIRUELO ROJO o CIURUELO SILVESTRE
– Melia de azedarach, CINAMOMO
Este último, ya sabéis, es muy especial, pues lo sembramos cuando Vera entró solita en el cole,
para recordar este curso. Ha crecido tanto que ya casi no lo reconocemos. Como ella, se está
haciendo mayor.
El curso que viene volveremos a celebrar la Fiesta del Árbol.
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